Tras recibir la devastadora noticia del fallecimiento del Papa Francisco, conocido como el Papa Argentino, una multitud de fieles se congregó en la emblemática Plaza San Pedro. Este acto masivo fue un reflejo del cariño y la devoción que millones de personas sintieron hacia él. Según la periodista de la BBC, Sofía Betizza, la atmósfera en la plaza estaba impregnada de profunda conmoción y tristeza. Este ambiente sombrío fue intensificado por un silencio abrumador, únicamente interrumpido por el repique de las campanas de la basílica celebrando su vida y anunciando su muerte.
La tristeza era palpable, con varios feligreses viéndose en lágrimas en las calles de San Pedro, donde se reunieron para presentar sus respetos. Betizza continuó compartiendo que tuvo la oportunidad de hablar con personas que vinieron de lugares tan lejanos como India, Sudáfrica, Dinamarca y otras naciones, todos ellos con sentimientos profundos de pérdida. «Todos comentaron cuánto extrañarán al Papa, quien dedicó su vida a trabajar por una Iglesia Católica más inclusiva y unida», dijo. María, una turista española que visitaba Roma, expresó su asombro por la noticia: «Todos estamos realmente sorprendidos esta mañana. Es una gran pérdida para la iglesia».
En sus discursos, el Papa Francisco siempre promovió la aceptación de las creencias y valores de la Iglesia, especialmente entre los jóvenes. Su enfoque pastoral lo convirtió en un líder carismático y accesible. En las semanas transcurridas antes de su muerte, el mundo entero mantuvo la respiración ante su estado de salud, especialmente después de que fue admitido en el Hospital de Gemelli el 16 de febrero debido a complicaciones respiratorias. Después de varias semanas de tratamiento, fue dado de alta el 23 de marzo, pero su salud siempre fue frágil, ya que había sido muy susceptible a la neumonía después de someterse a una extracción parcial de pulmón en su juventud. La profunda tristeza que se siente ahora en todo el mundo es un testimonio del impacto que tuvo su liderazgo y el vacío que deja en la Iglesia Católica.
7
