Los habitantes trágicos y brutales del distrito de Rubí en Villavicencio estaban conmocionados el día en que un hombre, reconocido en su comunidad como Edwin Mauricio Pisa Gil y apodado «El Rolo», fue asesinado en su hogar. Este trágico evento no solo impactó a su familia, sino que dejó a toda la comunidad con un sentimiento de miedo y desasosiego, dado que el asesinato fue el resultado de un intenso desenlace violento.
Hechos
De acuerdo con los testimonios de los vecinos, el incidente se produjo en una residencia situada en una de las calles más concurridas de la zona. La angustia en el ambiente era palpable, ya que los habitantes informaron que habían escuchado gritos de ayuda, golpes y lo que parecía ser una confrontación violenta. Un residente que prefirió mantenerse en el anonimato declaró: «Se podía escuchar gritos desesperados, parecían suplicas de alguien que realmente necesitaba ayuda. Luego, de pronto, un silencio absoluto que nos heló la sangre».
Minutos después de que la comunidad diera la alarma a las autoridades, estas llegaron al lugar y encontraron a Gil Pisa sin signos vitales, tendido en el suelo, con múltiples heridas que apuntaban a un ataque brutal, aparentemente realizado con un arma corta y afilada. Agentes del Cuerpo de Investigación Técnica (CTI) de la Oficina del Fiscal General se presentaron en la escena para llevar a cabo las diligencias necesarias y proceder con la remoción del cuerpo.
Procesos
Según información no oficial, Edwin Pisa Gil tenía antecedentes judiciales. Primeros reportes indican que su nombre aparecía en el sistema criminal acusado (SPOA) por delitos relacionados con el tráfico de drogas y la violencia doméstica. Aunque no se ha confirmado que estos antecedentes estén directamente vinculados con su asesinato, las autoridades no descartan la posibilidad de que el crimen esté relacionado con disputas que podrían haber surgido en su entorno social.
Comunidad
La comunidad del vecindario de Rubí expresó su creciente preocupación ante la escalofriante ola de violencia que está afectando a esta área. Un residente compartió su inquietud: «Aquí no se puede vivir en silencio. Este no es el primer muerto que vemos este año. Los jóvenes desaparecen, los enfrentamientos son una constante, y el microtráfico ha hecho que incluso tengamos miedo de salir de casa. La justicia parece haberse olvidado de nosotros». Esta situación crítica ha llevado a un llamado colectivo para que las autoridades tomen medidas efectivas y aseguren la tranquilidad que los ciudadanos merecen.
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