En un discurso impactante que se llevó a cabo en un foro permanente sobre asesores afro en la sede de la ONU en Nueva York, el vicepresidente de Colombia, Francia Márquez, subrayó la urgente necesidad de llevar a cabo reparaciones significativas para las comunidades afrodescendientes, las cuales han sufrido a lo largo de la historia debido a las heridas abiertas por el colonialismo, la esclavitud, y el racismo estructural que persiste en diversas sociedades contemporáneas.
A lo largo de este discurso que se extendió por más de ocho minutos, Márquez abogó por el establecimiento de antecedentes globales destinados a reparar el daño histórico infligido por el colonialismo. Destacó que el racismo no es un fenómeno del pasado, sino una realidad que sigue viva y activa, manifestándose no solo en las calles, sino también en nuevas tecnologías que juegan un rol crucial en la vida cotidiana. “El racismo sigue vivo y no solo en las calles, sino también en las tecnologías actuales”, afirmó, advirtiendo sobre cómo estos sistemas modernos pueden perpetuar la discriminación en los espacios digitales.
El vicepresidente Márquez también destacó el potencial perjudicial de las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, que pueden reforzar estereotipos y prejuicios raciales que afectan de manera desproporcionada a los jóvenes afrodescendientes. En un esfuerzo por abordar estos desafíos, propuso la creación de un foro ético global centrado en la regulación y el uso responsable de estas tecnologías, sugiriendo la necesidad imperiosa de establecer principios claros que protejan al usuario y promuevan la dignidad humana en este contexto digital.
Esta iniciativa se sitúa en el marco de la segunda década internacional de afrodescendientes, promovida por la ONU, que establece la importancia de avanzar en el desarrollo de un plan de reparaciones histórico. Este plan es crucial para comenzar a sanar las profundas heridas que han perdurado a lo largo de siglos de opresión y marginación. Además, Márquez reiteró la necesidad de apoyar y promover el liderazgo de mujeres y niñas afrodescendientes, enfatizando la relevancia de reconocer el Día Internacional de la Mujer afrodescendiente. Su intervención fue un poderoso llamado a la acción a los países de América Latina, África y el mundo en general, instando a todos a comprometerse de manera activa en la restauración de la dignidad humana de la población afrodescendiente.
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