Recientemente, una queja divulgada en las redes sociales relacionada con el corregimiento de Tunía en Pindamó, Cauca, ha originado una enorme preocupación entre los integrantes de la comunidad educativa. Esta inquietud surge debido a la posibilidad de que la escuela de bienes raíces ubicada en Santa Teresita, que ha estado en funcionamiento durante más de 70 años, se vea obligada a cerrar. Esta situación es consecuencia de una decisión tomada por Popayán Curii, actual propietario de la tierra donde se asienta la institución educativa. La escuela, que ha sido un pilar fundamental en la educación y formación de niñas en la región, se enfrenta ahora a la amenaza de un desalojo, lo cual pondría en riesgo la continuidad del proceso educativo de numerosos estudiantes que dependen de ella.
La tierra que alberga esta importante escuela fue transferida originalmente con fines educativos por un pastor comunitario, lo que agrava aún más la situación para los residentes de la zona. Ellos observan con tristeza cómo un lugar que simboliza el esfuerzo, la tradición y el compromiso social corre el riesgo de desaparecer. “Esta situación nos hiere profundamente. La escuela no es simplemente un edificio; es una parte crucial de nuestra historia y de nuestro futuro”, expresaron los miembros de la comunidad en la publicación que alertó sobre el problema.
De acuerdo a la queja realizada, los esfuerzos llevados a cabo ante el Ministerio de Educación, el gobierno del Cauca y los alcaldes locales no han producido resultados concretos. La comunidad ha manifestado su frustración a causa de la evidente falta de reacciones efectivas ante la situación que están enfrentando. Además, la curia no parece estar dispuesta a considerar una transferencia o venta de la propiedad, lo que da la impresión de que su decisión de recuperar el terreno se toma sin tener en cuenta el impacto social que esto podría ocasionar. “Estamos indignados y aterrorizados. No se puede jugar con la educación de nuestras niñas y su futuro”, declaró la persona que presentó la queja.
Ante este alarmante escenario, los habitantes de Pindamó están haciendo un llamado urgente al diálogo y a la sensibilidad por parte de la Iglesia y las autoridades gubernamentales para que se logre encontrar una solución justa y adecuada. Demandando la permanencia de la escuela en Santa Teresita, los miembros de la comunidad resaltan la importancia de garantizar los derechos básicos de las niñas, en especial su acceso a una educación digna y segura. La comunidad anhela acciones rápidas e efectivas que impidan el cierre de esta histórica institución educativa, que ha sido un pilar fundamental en la formación de generaciones de estudiantes en la región.
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