El abogado y columnista, José Baruth Tafur, ha generado un gran deseo de debate y discusión en Ibagué al criticar abiertamente al gobierno local. Tafur condena la postura del gobierno municipal que ha estado ignorando o minimizando las protestas de los ciudadanos; protestas que están relacionadas con la insuficiente renta estatal que afecta a muchos residentes de la ciudad. En su reciente columna, titulada «Gobierno de cosplay», hace gala de un crítico ingenio, ironizando sobre la actitud superficial que, a su modo de ver, caracteriza al gobierno local. Los «tipos simbólicos» que lo componen parecen estar más interesados en las apariencias y en sus «disfraces institucionales» que en abordar y resolver los problemas urgentes que enfrenta la ciudad.
La exposición de Tafur se centra específicamente en la necesidad de gestionar adecuadamente los recursos públicos, enfatizando que es hora de llevar a cabo arreglos que sean adecuados para las calles de Ibagué, las cuales, según él, parecen más propias de una «zona de guerra». No obstante, denuncia que la «estructura pública» ha sido rechazada, lo que lleva a la inquietante afirmación del columnista de que en Ibagué «exigir soluciones sería más peligroso que caer en uno de los cráteres en su nombre». Este comentario resuena profundamente entre los ciudadanos que se sienten ignorados y olvidados por sus líderes.
Tafur no se detiene en sus críticas hacia el régimen actual, del que acusa de haber controlado la institucionalización de la ciudad. En un tono irónico, resalta que, mientras Ibagué enfrenta altos niveles de desempleo y una constante reducción de los recursos en el palacio municipal, los medios de comunicación y eventos de entretenimiento reciben prioridad. Las celebraciones insulsas, las sesiones de fotos y la pintura de murales se vinculan en su crítica como una forma de entretenimiento superficial; él afirma: «Si van a celebrar, asumir selfies o pintar un mural con relaciones de incentivos, les dan permiso, carpa, carpa, tenta, tenta». Su lenguaje se perfila como un fuerte símbolo de descontento frente a la frivolidad de las acciones gubernamentales en medio de una crisis.
El columnista también ha llamado la atención sobre lo que considera una creciente censura en relación con las disputas de los ciudadanos. Expresa que, de continuar la situación actual, «pedir una calle se considerará un crimen, las críticas serán terrorismo y caer en el agujero será responsabilidad del ciudadano por no volar». Con esta afirmación, Tafur critica agudamente lo que percibe como un régimen que se enfoca más en construir una narrativa cinematográfica que en atender la dura realidad de la vida cotidiana en Ibagué. La falta de soluciones efectivas y el aumento del desencanto son aspectos que Tafur enfatiza para ilustrar la desconexión entre el gobierno y el pueblo.
¿La entrada de cosplay gubernamental? Se publicó por primera vez en extra | El diario de todos.