El ministro del Interior, Armando Benedetti, sorprendido en público, revelando que durante diez meses le ha revelado alcohol y drogas, en el proceso de que se califica como «reconstrucción personal y espiritual». En una entrevista reciente, Benedetti dijo que hoy fue considerado una persona rehabilitada y que esta experiencia fortaleció su carácter y capacidad para asumir claramente los desafíos del servicio público. Su testimonio tiene como objetivo romper el estigmatismo de la adicción y enfatizar la importancia del tratamiento, el acompañamiento terapéutico y el compromiso personal para superar estos episodios.
Además de la historia íntima de Benedetti, también usó el espacio para enfatizar que esta etapa de su vida le permitió transmitir sus prioridades y construir relaciones más saludables en su familia y el entorno laboral. En la esfera política, su declaración causó reacciones mixtas: mientras que algunos sectores los aplauden por apertura e inmunidad, otros cuestionan el momento y el impacto de esta confesión en su imagen pública. Sin embargo, el ministro está tranquilo: «Mi historia no es una caída, sino un avivamiento», dijo, mostrando que su lucha personal es parte de un compromiso más amplio con la transparencia y la salud mental.
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