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Bad Bunny examina la historia de Puerto Rico en su disco más reciente.

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Con una rica variedad de imágenes que acompañan a los videos de las canciones que narran la historia de Puerto Rico, y un cortometraje que complementa la obra, el cantante puertorriqueño Bad Bunny ha entregado más que un simple álbum; ha presentado un «proyecto cultural que ofrece un mensaje de alerta acerca de lo que está sucediendo en el archipiélago. Este trabajo aborda las cuestiones del desplazamiento, la pérdida de la identidad cultural y las secuelas del colonialismo». Así lo declaró el historiador Jorell Meléndez-Badillo, quien se unió al artista en esta importante iniciativa con el objetivo de «democratizar el conocimiento que normalmente se encuentra en las universidades».

Desde su lanzamiento el 5 de enero, el álbum de Bad Bunny, que incorpora géneros como Reggaeton, Sauce y Full, ha alcanzado el lugar número uno en la lista global de Spotify, acumulando más de 14.1 millones de visitas. Este éxito no solo subraya la popularidad del artista, sino también la relevancia de los temas que toca en sus canciones.

En una entrevista con La Jornada, el profesor de historia de América Latina y el Caribe en la Universidad de Wisconsin-Madison, expresó su entusiasmo al ver cómo la historia de Puerto Rico se difundía a través de una plataforma tan prominente como la de Bad Bunny. El impacto que esto puede tener en la producción cultural y en la audiencia en general es monumental.»

Las 17 canciones de este álbum están acompañadas por imágenes que se pueden ver como si se tratara de un museo, presentando partes de las narrativas históricas de Puerto Rico, extraídas del libro titulado Puerto Rico: To National History (2024), escrito por Meléndez-Badillo. Este trabajo es resultado de años de investigación y enseñanza, y el autor lo describe como una síntesis de la historia puertorriqueña, basada en el esfuerzo de historiadores que han dedicado sus vidas a documentar el pasado de la isla.

Desde el año 1500 hasta el presente, tanto el libro como las imágenes ilustran cómo las luchas por la autodeterminación y la resistencia han dado forma a la identidad puertorriqueña, documentando capítulos clave de la historia de la isla. Esto incluye la colonización española, la lucha feminista, la extinción de especies endémicas, la gentrificación y las tensiones actuales con Estados Unidos.

Es bien sabido que Bad Bunny, cuyo verdadero nombre es Benito Antonio Martínez Ocasio, aborda en sus canciones conflictos políticos relevantes. Por ejemplo, en 2019, tuvo un papel fundamental durante las grandes protestas en Puerto Rico que condujeron a la renuncia del entonces gobernador Ricardo Rosselló, quien fue acusado de corrupción, misoginia y homofobia.

En este sentido, Meléndez-Badillo enfatizó la idea de que «los artistas no pueden separarse de las condiciones materiales en las que producen su trabajo, y definitivamente este es su caso. Los apagones, el colapso de la infraestructura, y la realidad de los desplazamientos son imposibles de ignorar en Puerto Rico”.

Un ejemplo relevante de estos temas es el cortometraje que precede al álbum, dirigido por Bad Bunny y el productor Ari Cruz. En este cortometraje, se representa al actor Jacobo Morales interpretando a Bad Bunny, acompañado de un sapo Concho animado, que simboliza a las especies endémicas de la isla. A través de esta narrativa visual, se busca evocar su infancia en un futuro donde las nuevas generaciones han perdido su conexión con las raíces culturales de Puerto Rico.

Meléndez-Badillo argumenta que la identidad puertorriqueña no es algo estático, sino que es fluida y cambia constantemente, definida por quienes viven en la isla, a pesar de las imposiciones coloniales de España y Estados Unidos. Bad Bunny, a través de su música, destaca cómo el desplazamiento de personas está intrínsecamente relacionado con la pérdida de la historia y la cultura de Puerto Rico. “Los puertorriqueños no solo enfrentan retos en el archipiélago, sino que también han sido históricamente marginados en la diáspora», agrega el historiador.

Por ello, concluye que «ser puertorriqueño” no se define únicamente en el archipiélago, sino que también abarca la diáspora, lo que hace que «nuestra historia y prácticas culturales sean vitales para imaginar un futuro decolonial”.

Como muestra de esto, Meléndez-Badillo puntualiza que obras significativas de la literatura puertorriqueña, como el Gíbaro, fueron escritas en España, al tiempo que la bandera puertorriqueña fue diseñada en Nueva York.

«Quieren que la abuela se vaya»

Una de las canciones más emblemáticas del álbum es ‘Lo que le sucedió a Hawai’, cuyos versos dicen: «Quieren retirarse del río y también la playa // quieren el vecindario de mi vecindad y que la abuela se va // no, no liberen la bandera ni olviden el lelolai”. Esta pieza aborda la gentrificación que afecta a Puerto Rico y señala la influencia de Estados Unidos en la isla, así como el sentimiento de abandono y desconexión que sienten muchas personas puertorriqueñas.

Meléndez-Badillo concluyó que esta canción es un acto de posicionamiento que «adquiere una dimensión política en el contexto actual del álbum», resaltando la importancia de imaginar «los espacios lúdicos como extensiones» de la isla, recordando que «no hay un solo Puerto Rico, sino muchos”.

Lunes 17 de marzo de 2025

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