En la actual realidad caracterizada por la inflación, la inestabilidad laboral y el crecimiento del emprendimiento digital, la educación financiera se ha vuelto una necesidad imperante entre las nuevas generaciones. En Colombia, aunque un impresionante 94% de los colombianos manifiestan que están organizando su presupuesto, solo el 23% tiene claridad sobre cuánto ha gastado en la semana anterior. Esta disparidad resalta la diferencia entre la intención de gestionar las finanzas y las acciones concretas, según afirma el Banco Mundial. Además, se ha observado un aumento en la accesibilidad a préstamos sin la adecuada educación previa, lo cual contribuye a un endeudamiento prematuro y a la toma de decisiones financieras poco meditada.
El Dr. Emperor Pérez, catedrático de la Universidad Internacional de Broward (BIU), parte de una red global de instituciones educativas, señala que «uno de los errores más comunes entre los jóvenes es no planificar adecuadamente sus finanzas personales. Esto suele manifestarse en la falta de ahorros y en la acumulación temprana de deudas innecesarias, como aquellos préstamos con altos intereses destinados a la compra de bienes de consumo».
¿Cómo prevenir estos errores desde el inicio de la vida laboral?
El inicio de la vida laboral representa una oportunidad crucial para establecer una base financiera sólida. Sin embargo, muchos jóvenes sucumben a la tentación de los «gastos», influenciados por la presión social, el entorno digital y una engañosa sensación de abundancia. Según el Dr. Pérez, «es fundamental crear un fondo de emergencia, establecer un presupuesto realista, evitar el uso excesivo del crédito, comenzar a invertir desde una edad temprana y mantener un proceso de educación financiera constante». El experto aconseja comenzar desde las bases y continuar desde allí.
- Muchos jóvenes creen que necesitan ganar grandes sumas de dinero para comenzar a organizar sus finanzas, pero la realidad es que el control financiero inicia con el primer sueldo, sin importar su magnitud.
- La planificación temprana no solo ayuda a evitar el endeudamiento, sino que también contribuye a cultivar una mentalidad de crecimiento financiero. Ahorra incluso un pequeño porcentaje, puede tener un impacto significativo a medio plazo.
- Es esencial preocuparse por el presupuesto. Esto no es una restricción, sino una herramienta que facilita vivir con libertad y sin estrés financiero.
Estabilidad económica sin comprometer la calidad de vida
Uno de los principales retos que enfrentan las nuevas generaciones es lograr la estabilidad económica sin renunciar a la búsqueda de placeres. A pesar de que los ingresos puedan ser limitados, una adecuada organización financiera permite disfrutar del presente mientras se planifica para el futuro. El Dr. Pérez explica que «alcanzar la estabilidad económica sin sacrificar la calidad de vida implica una gestión financiera inteligente. Por ejemplo, la aplicación de la regla 50/30/20, que aboga por dedicar el 50% a necesidades básicas, el 30% a entretenimiento y el 20% a ahorros e inversiones».
Este principio, ampliamente aconsejado por expertos en finanzas, facilita una administración sostenible de los recursos y disminuye el estrés asociado a los gastos descontrolados. En un país como Colombia, donde la tasa de desempleo juvenil alcanza aproximadamente el 19%, diversificar las fuentes de ingreso se vuelve esencial. «La clave es consumir de manera inteligente y evitar realizar compras que impliquen altos intereses. Es fundamental establecer prioridades y disfrutar de lo que se gana a la vez», añade Pérez.
¿Redes sociales, aliados o enemigos en las finanzas?
Las redes sociales han adquirido una influencia considerable en las decisiones de consumo. La presencia de influencers, desafíos virales en TikTok y la publicidad constante generan una presión imperceptible pero efectiva en los jóvenes, llevándolos a gastar más de lo necesario. El Dr. Pérez menciona que «aunque estas plataformas han democratizado el acceso al conocimiento financiero, también intensifican la comparación y la presión por consumir». Recomienda que los jóvenes aprendan a mitigar el impacto negativo y a aprovechar las oportunidades que ofrecen las redes sociales, enfocándose en contenido que promueva valores positivos y su propia influencia.
De hecho, un estudio de Deloitte reveló que el 43% de los jóvenes en América Latina realizaron compras no planificadas bajo la influencia de las redes sociales. Ante este preocupante panorama, resulta clave la educación crítica en el entorno digital.
Inversiones digitales: sí, pero informadas
La expansión de criptomonedas, fintechs y otros instrumentos digitales ha traído consigo nuevas oportunidades, pero también un aumento en los riesgos. En Colombia, los jóvenes están accediendo a opciones de inversión sin una comprensión completa de su funcionamiento. «Es fundamental que los jóvenes desarrollen una sólida educación financiera, lo que les permitirá entender cómo operan estos activos, identificar sesgos, evaluar riesgos y adaptarse a las regulaciones gubernamentales», enfatiza el Dr. Pérez.
De acuerdo con estimaciones del Financial Times, 1 de cada 5 jóvenes ha perdido dinero en esquemas de inversión no regulados. Teniendo esto en cuenta, Pérez aconseja diversificar las inversiones y no arriesgar más de lo que se está dispuesto a perder. «No se trata de evitar lo digital, sino de reconocer que todo lo que promete altas ganancias sin riesgos debe ser visto con desconfianza. La mejor inversión es aquella que se comprende completamente», aclara.
Bajos ingresos no son excusa para no planificar
Contrario a la creencia popular, es posible construir un futuro financiero sólido incluso con bajos ingresos. La clave radica en la estabilidad, la educación financiera y la visión a largo plazo. «Incluso con ingresos limitados, se puede edificar un futuro financiero seguro. Todo inicia con evitar deudas innecesarias, controlar los gastos, establecer un presupuesto y crear un fondo de emergencia», concluye el Dr. Pérez.
Investigaciones realizadas por ANIF indican que los niveles de ahorro en Colombia han sido históricamente bajos, lo que se traduce en pocas inversiones en el país. Esto aumenta la vulnerabilidad ante situaciones imprevistas. Por ello, el experto aconseja comenzar con pequeños objetivos de ahorro mensuales que sean sostenibles en el tiempo. «La educación financiera y la diversificación de fuentes de ingreso son la base para una vida económica estable. Importa menos cuánto se gane hoy, y más cómo se decida utilizar ese ingreso», puntualiza el experto.
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