El presidente Gustavo Petro reafirmó su compromiso inquebrantable hacia los ciudadanos de Colombia y con el proceso democrático que implica la consulta popular, un mecanismo que considera legítimo para robustecer su propuesta de reforma social. Este enfoque es especialmente crucial para la reforma laboral, una de las principales iniciativas de su administración. Tras la decisión de archivar esta propuesta en el Parlamento, Petro indicó que el poder reside en la gente, y que, al final, serán los ciudadanos quienes tendrán la última palabra sobre este asunto. Con la participación activa de la ciudadanía, los colombianos podrán seleccionar 12 preguntas clave que serán presentadas el próximo 1 de mayo, coincidiendo con la celebración del Día del Trabajo, en medio de las discusiones sobre las centrales de energía social.
«El poder se encuentra en la ciudadanía. Si los ciudadanos deciden aprobar las preguntas, el Parlamento está obligado a realizar las modificaciones pertinentes en la ley en un período no mayor a seis meses. Y en caso de que esto no suceda, la Constitución brinda la facultad al Presidente para adoptar dichas disposiciones por medio de una directiva», afirmó Petro. Este mensaje es contundente: la consulta popular no solo es un ejercicio democrático, sino que sus resultados son vinculantes y deben ser respetados por todas las partes implicadas. Esta idea fue respaldada por los ministros del Trabajo y del Interior, Antonio Sanguino y Armando Benedetti, quienes también han sido partícipes del contenido de las preguntas a formularse.
«La consulta popular es la voz del ciudadano y los resultados obtenidos son una obligación que el Parlamento debe cumplir», declaró Sanguino. Esta herramienta de participación ciudadana no solo fortalece de manera directa las bases de la democracia en el país, sino que también otorga una voz a millones de colombianos, creando una plataforma para la búsqueda de una justicia social más equitativa y efectiva. Para Petro, esta es una señal clara de que está escuchando a la ciudadanía. A través de la consulta popular, los ciudadanos se convierten en protagonistas activos de los cambios necesarios para avanzar como sociedad.
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