Después del asesinato del senador Miguel Uribe, el presidente Gustavo Petro publicó una noticia breve pero impactante: «Nos duele como si fuera nuestra». Esta expresión causó una variedad de reacciones en el escenario político nacional y enfatizó el nivel de polarización a través del cual pasa Colombia.
Miguel Uribe, un senador del partido de la oposición y una figura crítica del gobierno actual, fue asesinado en circunstancias que todavía se están examinando. Mientras que el presidente condenó el crimen y expresó su solidaridad, Su declaración fue interpretada de varias maneras por analistas y números públicos que advierten que el hecho va más allá del dolor personal o político: Hace hincapié en la fragilidad del diálogo democrático y la necesidad urgente de reducir la tensión ideológica, que está dominada hoy por el Congreso y la opinión pública.
«Cuando el líder de la oposición es asesinado, no solo una persona pierde la vida: pierde su democracia con una parte de su salud, equilibrio y control». El analista político dijo en una entrevista para el medio ambiente nacional. El hecho causó una ola de reacción tanto de los gobernantes como de la oposición, y generó llamadas para reducir el tono de debate político y garantizar entornos seguros para las personas que realizan liderazgo público.
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