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El «documento» que rescataría el petrismo para 2026 – Crecimiento

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En julio del año pasado, durante su visita a París en el marco de los Juegos Olímpicos, el presidente Gustavo Petro aprovechó la ocasión para realizar una cumbre política informal. El objetivo principal de este encuentro fue evaluar y discutir su estrategia electoral de cara a las elecciones de 2026. Entre los asistentes, se encontraba el embajador Roy Barreras, quien había viajado desde Londres y se reunió en la residencia de Alfon de Alfon para abordar temas clave sobre el futuro político del país.

El resultado más relevante de esa cumbre, que se llevó a cabo un sábado, fue una conclusión importante: el notable éxito obtenido por la coalición en las elecciones de 2022 estuvo fuertemente ligado a las organizaciones unificadas de la izquierda que se agruparon para las elecciones parlamentarias. Aquella unión, conocida como el Tratado Histórico, se destacó en la contienda electoral, por lo que se discutió la necesidad de replicar esa estrategia en el futuro.

No obstante, la implementación de dicha política no se presenta como un desafío sencillo. La realidad es que construir organizaciones unificadas se ha vuelto complicado para Petro, y su propuesta de crear un partido político de izquierda único ha encontrado obstáculos significativos.

Primordialmente, la confederación del Tratado Histórico no puede replicarse tal como funcionó en 2022, debido a restricciones establecidas en el Artículo 262 de la Constitución. Esta cláusula estipula que solo puede formarse un conglomerado para elecciones en entidades públicas, como es el caso del Congreso, si los partidos políticos y movimientos han obtenido el apoyo de al menos el quince por ciento (15%) de los votos. Esto implica que, para volver a formar una asociación similar en 2026, se requeriría cumplir con este umbral de apoyo.

Recordemos que el Tratado Histórico se presentó como una lista cerrada y obtuvo un 16,95% de los votos, lo que supera el porcentaje requerido. Sin embargo, esta consolidación no se puede repetir en la misma forma en las próximas elecciones. A partir de finales del año pasado, el Tratado Histórico anunció su interés en llevar adelante una nueva elección y se identificó como uno de los agrupamientos políticos, al incluir a la Unión Patriótica, el Partido Comunista y el Movimiento Progresista, resultado de la separación de Mais. El presidente Petro se mostró optimista al felicitar a estas organizaciones y manifestó su intención de registrar este nuevo partido.

A pesar de este avance, ha surgido una nueva confusión en la escena política. El movimiento Mais, actualmente presidido por la senadora Marta Peralta, ha expresado su deseo de no sumarse a este proyecto unificado de la izquierda. Sin embargo, dos de sus representantes, María José Pizarro y David Razo, quienes lograron sus asientos bajo el paraguas de Mais, han solicitado al Consejo Nacional Electoral que se realicen las modificaciones necesarias para poder participar en la nueva alianza.

Desafortunadamente, no han tenido éxito. Según lo establecido en la Ley de 2011 (Artículo 14 de la Ley 1475), no se permite la división de los partidos si están sujetos a alguna investigación por parte del CNE, situación que aflige a Mais. Esto plantea un escenario complicado, ya que la misma ley también impide que los partidos con procesos abiertos se fusionen, dejando muy pocas alternativas viables para cualquier agrupamiento político actual.

A pesar de que esta ruta no se ha cerrado por completo, muchos analistas ya consideran que la posibilidad de una fusión es prácticamente inviable. La atención ahora se centra en las reformas constitucionales que se están formulando en el Parlamento y que podrían permitir ciertos cambios, como una modificación en las reglas de transfugismo, brindando así un rayo de esperanza a quienes buscan consolidarse en el panorama político colombiano.

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