El gobierno de los Estados Unidos ha llevado a cabo una actualización significativa de su advertencia de viajes sobre Venezuela, un paso que ha despertado la atención tanto a nivel nacional como internacional. La alerta emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores es contundente y no deja lugar a interpretaciones: «No viajes ni permanezcas en Venezuela». Las razones que justifican esta advertencia son alarmantes y muy graves: Riesgo de detención injusta, tortura, terrorismo, secuestro, trastornos civiles, delitos generales y colapso de un sistema de salud. El alto nivel de riesgo en Venezuela ha llevado a las autoridades estadounidenses a instar a los ciudadanos y residentes a abandonar el país.
Las recomendaciones del gobierno son precisas y urgentes. A todos los ciudadanos y residentes permanentes legales de Estados Unidos que se encuentran en territorio venezolano, se les insta a salir «inmediatamente». Es importante enfatizar que actualmente no hay una sede consular de Washington en Caracas, lo que significa que todos los ciudadanos estadounidenses que se encuentran en situaciones de emergencia están completamente desprotegidos y sin asistencia directa.
La declaración oficial subraya que «las autoridades de Venezuela han arrestado a ciudadanos estadounidenses durante muchos años sin el debido proceso o el acceso adecuado a abogados o a sus familias». Esta severa advertencia destaca un patrón de violaciones de los derechos humanos y resalta el entorno inseguro y amenazante que enfrentan los estadounidenses en el país.
Consejo extremo para aquellos que tienen que viajar: «Prepare su voluntad»
En un giro sorprendente, dentro de una de las advertencias más drásticas emitidas en los últimos años por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se presenta una lista de recomendaciones para aquellos que, a pesar de la advertencia general, deben viajar a Venezuela. Entre las sugerencias, se incluye de manera impactante el preparar beneficios de seguro designados y establecer un protocolo de «prueba de vida» con miembros de la familia. Además, se recomienda contratar seguridad privada, evitar viajar durante la noche y llevar consigo todas las medicinas necesarias, dado el colapso del sistema de salud en el país.
Se aconseja encarecidamente evitar taxis no autorizados y no depender de los cajeros automáticos, considerados como un medio poco seguro. Se advierte incluso que ingresar al país sin una visa valida puede resultar en una detención indefinida sin acceso a sus derechos.
Desde el año 2019, tras el reconocimiento oficial de Juan Guaidó como presidente interino, Estados Unidos decidió retirar a todo su personal diplomático de Caracas. Como resultado de esta decisión, los ciudadanos estadounidenses en Venezuela desde entonces no cuentan con asistencia pública.
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No hubo demora en la respuesta de Nicolás Maduro, quien, a través de una declaración oficial, describió las advertencias estadounidenses como «aplicación, sospechosa y racista», y acusó a Washington de llevar a cabo una campaña de «agresión permanente» en contra de Venezuela.
Uno de los puntos destacados en la reacción fue la afirmación de que el mismo gobierno, que se involucra en el secuestro y la detención de migrantes, incluidos niños, no tiene la moral para discutir derechos humanos, como expresó un comunicador diplomático. Este funcionario agregó que las agencias extranjeras de Estados Unidos han separado la asistencia a Venezuela de su población.
La actualización de esta advertencia ocurre justo después de que cinco refugiados venezolanos en la Embajada Argentina en Caracas fueran trasladados exitosamente a los Estados Unidos. Para Washington, este tipo de incidentes refuerza la noción de que Venezuela no es un país seguro para sus ciudadanos.
Con esta nueva advertencia, Estados Unidos ha elevado su nivel de alerta sobre Venezuela. Las tensiones diplomáticas entre ambos países se intensifican, pero la prioridad principal para la comunidad internacional sigue siendo la seguridad de los ciudadanos extranjeros en el territorio venezolano.
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