En un acto que simboliza un profundo homenaje y solidaridad hacia las víctimas del conflicto armado en Colombia, el ministro Rocio Dussán lideró una jornada especial de siembra en el jardín del barrio Babilonia, ubicado en Usaquén. Este evento no solo contó con la participación de Dussán, sino que también reunió a líderes comunitarios, un grupo de estudiantes entusiastas, representantes del Jardín Botánico y miembros de la Junta Directiva, todos unidos en un esfuerzo colaborativo que promueve la conciliación social y las obligaciones ambientales.
Durante esta significativa jornada, los participantes tomaron un momento para recordar a los más de ocho millones de víctimas de la violencia que ha marcado la historia reciente de Colombia. Se hizo hincapié en el sufrimiento particular de las mujeres, quienes han enfrentado desafíos inmensos para acceder a la justicia y a los servicios de atención que merecen. Es alarmante que, según las estadísticas actuales, el 64% de las mujeres que han sufrido violencia sexual en este contexto no han podido recibir la atención médica adecuada que requieren, lo que resalta una grave falta de respuesta integral por parte del sistema.
La actividad de sembrar árboles y plantas se transformó en un acto de resistencia, una forma de mantener viva la memoria de quienes han padecido las devastaciones de la guerra. Cada planta sembrada en el jardín representa no solo un compromiso con el medio ambiente, que es crucial para el bienestar de las futuras generaciones, sino también un tributo a la dignidad de aquellos que han sido golpeados por el conflicto. La naturaleza, en su ciclo de renovación, simboliza la esperanza de reconstrucción y sanación para toda la comunidad.
En un contexto donde la violencia ha dejado profundas huellas, iniciativas como esta buscan fomentar la cohesión social y una mayor conciencia ambiental, integrando la lucha por la justicia y la sanación en un solo esfuerzo colectivo.
La siembra en Babilonia es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, la comunidad puede unirse para avanzar hacia un futuro más justo y pacífico. Es un llamado a la acción para que cada uno de nosotros podamos desempeñar un papel en la construcción de una sociedad donde prevalezca el respeto por los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.
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