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Empoditama, ¿qué capital? Contralor revela los descubrimientos del millonario – suplementario

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El ojo del Contralor toma su ojo en Empoditama

El Contralor general ha entregado un exhaustivo informe que pone de relieve varias preocupaciones sobre la administración pública en Empoditama durante el año 2023. En total, se ha registrado la impresionante cifra de 7 269 225 519 USD en malversaciones. Además, estas irregularidades han llevado a la imposición de 20 acuerdos fiscales así como 29 sanciones disciplinarias y 2 procedimientos administrativos.

Es importante dejar claro que no se trata de simples errores aislados o de un ligero retraso en los procedimientos. La situación es mucho más grave. En este contexto, cabe preguntarse cómo La Plata funcionó sin los rigores necesarios que prácticamente exigen documentos claros y ajustados, mientras que el manejo fue notablemente deficiente y caótico.

Irregularidades que pesan y no son historia

De acuerdo con el informe presentado, la lista de irregularidades es notoriamente extensa y alarmante:

  • La billetera era sin cargar, y muchas veces ni siquiera se tenía claro quién era el responsable.
  • Los suministros no giraron, lo que resultó en que muchos detalles de entrada caducaran.
  • Se pagaron montos superiores a los contratistas, y esto ocurrió sin una justificación palpable.
  • Los acuerdos se formalizaron sin la documentación necesaria.
  • Se usaron químicos y tuberías de mala calidad, poniendo en riesgo a la comunidad sin mencionarlo.
  • Gerentes fiscales que optaron por ignorar las irregularidades.
  • Y un control interno que, para ser sincero, parecía prácticamente inexistente.

Los ciudadanos han demandado de manera insistente servicios de calidad, tarifas justas y sobre todo, transparencia. Sin embargo, detrás de la escena, la desorganización reinó en todos los aspectos.

Silencio institucional … ¿y responsabilidad?

Este informe, que fue hecho público en marzo de 2025, no se puede ocultar tras discursos vacíos. La ciudadanía merece claridad, porque aquí no hablamos únicamente de fallas en los procedimientos. Se trata de una confianza quebrada, de una institucionalidad que ha perdido su rumbo y de recursos públicos que podrían haber beneficiado a distritos, acueductos, salud e infraestructura, entre otros.

Mientras tanto, queda una pregunta que aún no tiene respuesta: ¿Quién asumirá la responsabilidad por el dinero que se ha perdido entre contratistas, documentación incorrecta y esfuerzos fallidos?

La gestión pública no es un juego

La regulación no se trata simplemente de enviar documentos o de firmar contratos apresuradamente. La regulación implica asumir un compromiso, asegurando que cada peso gastado tenga un propósito claro y que cada decisión tomada esté debidamente fundamentada.

El controlador no solo presentó cifras alarmantes; reveló una radiografía contundente de cómo se ha manejado, o más bien, cómo no se manejó, la administración pública.

Cuando se habla de $ 7.2 mil millones involucrados en estas irregularidades, se debe entender que no se trata simplemente de un informe: es una gran alarma que no se puede silenciar.

Mientras los ciudadanos demandaban cuentas claras, se avanzó con contratos cerrados y se ignoraron los ítems críticos, mientras que los datos de entrada terminaron en un rincón olvidado. ¿Y después de eso? ¿Dónde estaba la vigilancia?

El público no es un fondo sin límite. Cada peso que se invierte mal, cada contrato que se firma sin apoyo y cada recurso no cobrado, representa una oportunidad desperdiciada para los ciudadanos. Y el daño es más que económico; es moral, es social, y afecta a la institucionalidad.

Ya no se debería jugar con el dinero que pertenece a todos. Lo que ocurrió en Empoditama durante el 2023 necesita ser examinado, explicado y, sobre todo, corregido. Porque durante lo que se pretendió mostrar como una «administración organizada», los recursos se evaporaron. En una ciudad que tanto los necesita, no se pueden permitir esas pérdidas.


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