El segundo día de la votación del día, los 133 Cardenales eligieron al sucesor del Papa Francisco.
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Hoy, tras las 6 de la tarde en Roma, la atención mundial se centró en la chimenea ubicada en la Capilla Sixtina, ya que después de varios días de deliberaciones, los 133 Cardenales finalmente eligieron al nuevo Papa. Este momento se vivió con gran emoción por miles de fieles y turistas que se agolparon en la Plaza de San Pedro, donde las campanas sonaron de manera festiva poco después de que apareció el esperado símbolo de humo.
Con un aire de anticipación palpable, el público que había llegado temprano en la mañana estalló en aplausos y vítores al ver el humo blanco ascender desde la chimenea. Este signo tan significativo marcó el fin de varios días de espera y especulación, y la identidad del nuevo Papa, conocido como el Papa 267 en la historia de la Iglesia Católica, sería revelada en cuestión de minutos.
El momento fue realmente histórico, un suceso que no solo resonó en la capital italiana, sino que marcó un hito en la historia de la Iglesia Católica. Las caras de los presentes reflejaron una mezcla de felicidad y asombro, ya que después de días de expectativa y tantas especulaciones, finalmente sabrían quién guiaría a la Iglesia bajo el nuevo liderazgo papal.
Las estadísticas reportadas por la policía de Roma indicaron que alrededor de 10,000 personas se congregaron en la plaza durante el anuncio, además de muchos más que se ubicaron en los alrededores del Vaticano, todos compartiendo el mismo deseo de ser parte de un momento tan significativo. La alegría fue contagiosa, llevando a muchos a cantar y celebrar, demostrando que la elección del Papa tiene un impacto que trasciende fronteras y culturas.
Algunos de los que esperaban con ansias el resultado de la decisión de los Cardenales llevaban pancartas, mientras que otros simplemente se abrazaban y compartían su entusiasmo. Este evento subraya la importancia que tiene para millones de católicos en todo el mundo la elección de su líder espiritual. Se espera que el nuevo Papa despliegue su visión y direccione la Iglesia hacia el futuro en un mundo lleno de desafíos.