La participación de las mujeres en el mercado laboral colombiano es un fenómeno en evolución, lleno de retos que aún deben ser enfrentados. Durante el año pasado, las mujeres representaron un 51.5% de las consultas en el Sistema de Información de Servicios de Empleo (SISE), sin embargo, solamente lograron ocupar el 44.1% de los puestos disponibles. Además, las brechas salariales continúan siendo un problema significativo: en promedio, las mujeres perciben un salario un 6.3% menor que sus contrapartes masculinas. Esta diferencia se amplía considerablemente cuando hablamos de madres trabajadoras.
Según datos provenientes de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), las madres que tienen hijos menores de cinco años ganan, de media, un 16.4% menos en comparación con las mujeres sin hijos. Esta cifra se eleva a un alarmante 48.3% en el caso de aquellas que tienen hijos adolescentes o jóvenes. La carga del hogar es un factor determinante, ya que las madres dedican aproximadamente 2.4 horas diarias a las tareas del hogar, en contraste con las 1.7 horas que invierten las mujeres sin hijos.
«Conciliar el trabajo y la maternidad representa un desafío enorme para el que no hemos sido capacitadas», expresa Janeth Rodríguez, vicepresidenta de Infobip Lata. «No obstante, esta experiencia se convierte en una escuela invaluable para desarrollar habilidades como el liderazgo, la gestión del tiempo y la inteligencia emocional, características que son cada vez más necesarias en el sector tecnológico para fomentar un ambiente laboral más humano».
Janeth ha sido testigo de estas barreras estructurales, especialmente en el ámbito tecnológico, donde la presencia de mujeres continúa siendo un gran reto que ha perdurado a lo largo de los años. Sin embargo, ha comenzado a observar una lenta transformación que revela la importancia de abrir más espacios para que las mujeres y las madres asuman posiciones de liderazgo.
Desafíos y oportunidades de mujeres y madres en el sector tecnológico
De acuerdo con las cifras proporcionadas por Fedesoft, apenas el 15% de los puestos en tecnología de la información (TI) y el 25% de los roles en desarrollo de software fueron ocupados por mujeres el año pasado. En términos de posiciones de liderazgo, la brecha se acentúa más: solo el 12% de los puestos de alta dirección en tecnología están ocupados por ellas.
Este fenómeno no se limita únicamente a las grandes empresas; en el ecosistema empresarial tecnológico, solo el 39% de las empresas son dirigidas por mujeres. Esto se debe a problemas de base, ya que solamente dos de cada diez mujeres optan por estudiar carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en parte debido a la influencia de patrones desde una edad temprana.
Tradicionalmente, el sector tecnológico ha sido dominado por hombres. No obstante, ha mostrado señales de una transición inclusiva y más justa, permitiendo la llegada de nuevos modelos de liderazgo. Está comprobado que incluir a mujeres en roles de decisión no solo promueve la equidad, sino que también actúa como una estrategia eficaz para la innovación y el crecimiento sostenible.
«Las habilidades de resolución de problemas, la gestión del tiempo y la práctica continua de la inteligencia emocional son aprendidas en gran medida por la experiencia de la maternidad», destaca un experto en BIP de información. «Considero que ser madre fomenta una mayor empatía y sensibilidad, cualidades que son esenciales en un liderazgo humano».
Este enfoque de liderazgo más humano se alinea con un entorno en constante cambio como el tecnológico, donde la capacidad de gestión, flexibilidad y colaboración son cruciales. La habilidad de equilibrar diferentes roles, algo que la maternidad enseña, proporciona una ventaja competitiva a los equipos que necesitan adaptarse rápidamente a un entorno de mercado en constante evolución.
Para que esta contribución sea efectiva, también es necesario que existan políticas laborales que aborden la realidad maternal, como licencias de maternidad justas y esquemas de regreso gradual al trabajo. Según Janeth Rodríguez, Infobip ha implementado un modelo híbrido adaptable en sus oficinas en América Latina, permitiendo a las madres regresar de sus licencias y participar en la oficina un solo día a la semana. Esto facilita su reintegración en el equipo laboral y les ayuda a equilibrar sus responsabilidades como madres. Durante este tiempo, reciben las mismas ventajas que otros empleados híbridos.
Habilidades maternas que pueden cambiar el entorno tecnológico
El entorno empresarial, especialmente el tecnológico, exige habilidades que van más allá de las competencias técnicas. Las madres, debido a su experiencia, desarrollan resiliencia, empatía, capacidad de gestión en crisis, visión a largo plazo y habilidades para establecer prioridades.
La sensibilidad y capacidad de gestión que poseen pueden mejorar las estrategias laborales, beneficiando a los equipos. El conocimiento adquirido en el ámbito familiar, en términos de cuidado y cooperación, se traduce en un ambiente laboral más inclusivo y productivo.
«Nuestra energía femenina mejora habilidades fundamentales como la empatía, la comunicación y la cooperación», comenta Janeth Rodríguez, quien ha defendido el reconocimiento de estas cualidades como la base para construir organizaciones más diversas desde su rol. «Al fomentar la conexión humana y la inteligencia emocional, creamos espacios donde las personas se sienten valoradas y escuchadas. Un equipo que se siente cuidado tiende a lograr los mejores resultados».
El sector tecnológico, actualmente en una fase de adaptación y evolución, puede obtener grandes beneficios al abrir espacios para las madres líderes. No solo rompen estereotipos, sino que se convierten en agentes de cambio que promueven entornos más innovadores y sostenibles.
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