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Minnesota aprovecha la racha de derrotas y empates de Curry contra Warriors.

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Los Minnesota Timberwolves aprovecharon la primera ausencia de Stephen Curry y lograron una victoria crucial sobre los Golden State Warriors el jueves, equilibrando así la serie a 1-1 en esta semifinal de la Conferencia Oeste de la NBA. Este partido fue especialmente significativo porque los Timberwolves llegaron con la urgencia de recuperar el terreno perdido, tras haber dejado escapar el primer juego de la serie el martes, en el cual Curry se retiró anticipadamente por una lesión.

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Anthony Edwards, la joven estrella de los Timberwolves, anotó un total de 20 puntos en un emocionante choque que sembró el miedo en el Centro Target de Minneapolis cuando se retiró antes del medio tiempo por un esguince en el tobillo. Su capacidad de recuperación fue impresionante, ya que regresó en la segunda parte para asegurar una victoria vital para Minnesota.

El equipo había dejado escapar el primer juego de la serie, lo que añadió presión en este encuentro, y la asistencia de Edwards fue fundamental. Al final del encuentro, el propio Edwards expresó su alivio al comentar: «Se siente bien, se siente bien» refiriéndose a su tobillo.

Otro jugador vital en esta victoria fue Julius Randle, quien contribuyó con 24 puntos y 11 asistencias, fortaleciendo la ofensiva de un equipo que busca aprovechar al máximo su ventaja antes del eventual regreso de Curry, quien estará fuera por al menos una semana debido a una lesión en los isquiotibiales.

Sin su líder indiscutible en la cancha, los Warriors encontraron dificultades en el ataque, llevando al entrenador Steve Kerr a agotar sus opciones en el banco en busca de soluciones efectivas. El jugador Jonathan Kuminga, quien se destacó como el máximo anotador del equipo visitante con 18 puntos, junto a Jimmy Butler, quien aportó 17 puntos, intentaron ponerle un alto al dominio de los Timberwolves.

– Atasco en ataque –

Después de un desempeño desastroso en el primer juego, donde su tiro exterior solo se concretó en un 17%, los Timberwolves produjeron un notable cambio y dominaron el partido desde el inicio con un 43% en el tiro. Este cambio se debió a una restauración de su solidez defensiva, la cual emplearon para vencer a los Lakers en la primera ronda. En palabras de Edwards, “Ayer volvimos a ver el juego y nos dimos cuenta de que el problema no fue solo fallar los tiros, sino que no pusimos nuestro esfuerzo defensivo y nuestra intensidad. Sabíamos que hoy lo hicimos”.

Los Timberwolves dieron el primer golpe en el juego con una racha inicial de 13-0, comenzando con triples consecutivos de Jaden McDaniels y Mike Conley, sumando así 16 y 6 puntos, respectivamente. Mientras tanto, los Warriors, con Curry observando desde el banco, tardaron cinco minutos en marcar su primer punto con un triple de Butler.

El entrenador Kerr decidió buscar refuerzos en su banco, utilizando 14 jugadores en la primera mitad. Esta decisión no se había visto en los playoffs desde 1998. “Parte del plan del partido era poner a muchos jugadores”, comentó Kerr. “Por la fatiga de tantos juegos y viajes, pero también porque necesitábamos encontrar una solución para esta serie sin Steph. Dimos oportunidades y muchos jugadores se aprovecharon de ellas”. Sin embargo, Kerr reconoció que “teníamos una fórmula, pero sin Steph, esa fórmula saltó por la ventana”.

– El susto de Edwards –

El juego, que favorecía claramente a los Timberwolves, se tornó tenso cuando Edwards sufrió una lesión en una entrada a la canasta seis minutos antes del medio tiempo. Fue impactado en el aire por Trayce Jackson-Davis, y al caer, pisó su tobillo izquierdo. Después de varios minutos de atención, fue ayudado a las instalaciones de vestuarios, dejando a los seguidores preocupados por la gravedad de su estado.

A pesar de las preocupaciones, Edwards se reincorporó al inicio de la segunda mitad, justo cuando los Warriors, impulsados por Kuminga, intentaron acercarse en el marcador. El delantero congoleño empezó el juego de manera impresionante, anotando los primeros ocho tiros, liderando una racha de 19-9 que puso a los visitantes a solo siete puntos del empate, 65-58, generando así una atmósfera de suspenso en las gradas. Sin embargo, dos triples consecutivos de Naz Reid y Donte Divincenzo enfriaron la ofensiva de Golden State y reforzaron la confianza de Minnesota para establecer una ventaja definitiva, a pesar de las limitaciones físicas de Edwards.

Con la serie empatada, ahora se trasladará a la cancha de los Warriors en San Francisco para el tercer partido, que se llevará a cabo el sábado.

https://www.youtube.com/watch?v=ushfsl91slu

/ AFP

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