En un reciente pronunciamiento, Carlos Ruiz Massieu, un embajador especial de las Naciones Unidas en Colombia, subrayó que de haberse implementado con mayor profundidad el tratado de paz que fue suscrito en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el país no estaría lidiando con la violencia significativa que enfrenta en la actualidad. Ruiz Massieu compartió su opinión durante una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York, un foro donde se analizan periódicamente los desarrollos del acuerdo de paz.
Colombia, en estos momentos, atraviesa una nueva y alarmante oleada de violencia. En particular, en la región de Catatumbo, situada en la frontera con Venezuela, más de 90 personas han perdido la vida, y alrededor de 56,000 ciudadanos han sido forzados a desplazarse en lo que va de este año. Esta crisis se ha intensificado debido a los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y facciones de la FARC que no respaldaron el acuerdo firmado en 2016, exacerbando así la inestabilidad en la zona.
En la región del Cauca, las tensiones continúan aumentando, evidenciadas por un reciente ataque con explosivos dirigido contra una patrulla policial. Por otra parte, en Nariño se reportó la instalación de explosivos que dejó a un civil muerto y cinco heridos. Estas situaciones reflejan la urgente necesidad de atención y acción por parte de las autoridades para mitigar la creciente violencia.
El gobierno del presidente Gustavo Petro ha reconocido que la implementación del acuerdo de paz se ha visto obstruida en parte por las circunstancias y la administración del gobierno anterior. En respuesta a estos desafíos, la actual administración ha lanzado un plan de contingencia rápido, que está diseñado para abordar cuestiones críticas como la reforma rural, un aspecto fundamental para alcanzar una paz sostenible. Este esfuerzo cuenta con el respaldo de la ONU, lo que refuerza la importancia de un enfoque multilateral en la resolución del conflicto colombiano.
Ruiz Massieu enfatizó que aún existe una oportunidad para que Colombia utilice el acuerdo de paz como una herramienta efectiva para evitar futuros conflictos. La ONU también ha instado al gobierno colombiano a avanzar en el diálogo con los grupos armados ilegales, siempre que estos demuestren un compromiso genuino con la construcción de la paz.
En paralelo, John Kelley, representante estadounidense de la ONU, manifestó sus preocupaciones respecto a la falta de resultados perceptibles derivados de estas iniciativas. Kelley advirtió que ciertos grupos armados podrían aprovechar el proceso de negociación para consolidar poder y aumentar su capacidad de producción de coque, un factor que podría complicar aún más el panorama de seguridad en el país.
El camino hacia la paz en Colombia es sin duda un reto prolongado y multifacético. Sin embargo, la ONU sostiene que con la voluntad política adecuada y un compromiso decidido, el acuerdo de 2016 podría convertirse en la clave fundamental para poner fin al ciclo de violencia que ha marcado la historia reciente del país.
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