En la actualidad, la situación relacionada con la construcción de viviendas en Villavicencio se está convirtiendo en un tema de creciente preocupación para sus habitantes. Muchos ciudadanos expresan su angustia y decepción respecto a la gestión de los proyectos destinados a la vivienda, particularmente por parte de la Piedmonte Urban Development Company y la oficina del alcalde. A pesar de que se han formalizado contratos que suman más de 581 millones de pesos, las comunidades aún carecen de avances visibles en iniciativas cruciales como «La Victoria» y «Corocoras». Es cada vez más evidente que, tras la campaña publicitaria y las promesas de reactivación económica, la infraestructura tangible necesaria para mejorar la calidad de vida de los residentes brilla por su ausencia.
Condición
Según los informes de los contratos públicos, parece que Piedemonte ha otorgado variados contratos para la prestación de servicios. Sin embargo, la mayoría de los recursos se están utilizando para actividades de asesoramiento y apoyo en la gestión, dejando en un segundo plano lo que verdaderamente importa: la construcción efectiva de viviendas. Esta situación ha suscitado una pregunta crucial entre los ciudadanos: «¿Dónde están los resultados concretos que se prometieron?».
La comunidad ha manifestado que durante la campaña electoral se les ofreció la ilusión de obtener 10,000 hogares; sin embargo, ahora se sienten abandonados, atrapados en un laberinto de excusas y problemas burocráticos que parecen no tener fin. La expectativa de un cambio perdurable está siendo sepultada por una realidad que no se alinea con las promesas hecho público.
Promesa
Las esperanzas desvanecidas de las promesas electorales han dejado a muchos en un estado de frustración. Lo que inicialmente se pensó como una solución viable ante la carencia de vivienda ha resultado ser, según la crítica popular, una mera estrategia de propaganda sin repercusiones significativas. Las familias que depositaron su confianza en estas promesas se hallan atrapadas en un clima de incertidumbre y desinformación, donde el progreso es cada vez más difícil de discernir.
Las preguntas no cesan entre los beneficiarios de estos proyectos. «¿Cuándo comenzaremos a ver los resultados de estas grandes inversiones? ¿Cuándo se entregará la primera casa? ¿Cuándo se materializarán las promesas de la campaña?», cuestionó un ciudadano. La comunidad de Villavicencio, que había albergado expectativas de un cambio significativo en su calidad de vida, continúa a la espera de respuestas claras y acciones concretas. La situación actual no solo pone de manifiesto la falta de responsabilidad, sino también el insuficiente interés de quienes están a cargo de la gestión de este importante tema para el bienestar de la población.
El alcalde Alexander Baquero y quienes lideran Piedemonte deben asumir su responsabilidad y concentrarse en la correcta ejecución de estos proyectos de vivienda. La construcción de viviendas no debe convertirse en un simple enunciado o en un intercambio de responsabilidades ornamentales, sino en una acción concreta que beneficie a toda la comunidad.
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