«Pensé que moriría, no ver piscinas listas», eran las palabras de Gerard Rodríguez, un notable entrenador cubano de natación que ha estado en mi corazón y creencias durante más de tres décadas. Su pasión por el deporte y su dedicación a sus atletas son dignas de admiración.
Dicen que la vida da muchas vueltas, y esta historia definitivamente ha dado un giro inesperado: ni Gerardo ha muerto, ni ha dejado de ver piscinas. En Ibagué, el panorama se ilumina con la esperanza de que no tendrán que lamentarse durante los próximos años al observar las ruinas de lo que alguna vez fue un lugar simbólico para muchos aficionados a la natación y deportistas.
«Este sueño se logra, y después de eso, después de 10 años, debo agradecer a la mujer que nos dirige, quien es la alcaldesa Johanna Aranda, y su equipo, que han hecho posible este sueño. Una vez dije que moriría sin piscinas, pero gracias a Dios que eso no es así», expresó con orgullo y emoción. Estos son momentos que marcan el fin de una larga espera y el comienzo de una nueva era para el deporte en Ibagué.
Gerard y otros entrenadores, así como muchos atletas de la región, han visto en sus ojos la esperanza de transformar a Ibagué en un centro deportivo. Sin embargo, el camino ha estado repleto de obstáculos que han dificultado el progreso en el deporte acuático. «Sin piscinas afectadas por todo, porque hasta ahora comenzamos desde cero. No hemos tenido el juicio de al menos tres, cuatro o cinco años», comentó Rodríguez, reflejando la frustración acumulada por la falta de instalaciones adecuadas.
Rodríguez también mencionó que el avance del deporte acuático femenino se encontraba estancado, muy a pesar de los esfuerzos realizados. Sin embargo, con la reelección de las instalaciones acuáticas, existe la promesa de trabajar arduamente para colocar a Ibagué en el mapa deportivo del país. «No tenemos un equipo de mujeres. Cuando comenzamos éramos 42, y ahora veremos si podemos reiniciar con un grupo de mujeres de 11 y 12 años para preparar un equipo que tenga una formación de cuatro o cinco años, porque estamos quedando atrás en comparación con el resto del país», lamentó.
Aún así, Gerardo es consciente de que para construir un castillo, primero hay que colocar la primera piedra. Este importante esfuerzo abre nuevamente la posibilidad de relanzar la actividad en la piscina. «Tenemos lo principal, que es una piscina. Contamos con todo el apoyo del alcalde y con el respaldo del IMDRI para reabrir y desarrollar natación sincronizada», enfatizó con certeza.
Las emociones que embargan a este entrenador son tan intensas que la primera oración que cruzó su mente cuando se le preguntó cómo se sentía ante la reapertura de las 42 piscinas fue: «El alcalde permanece aquí toda su vida para continuar apoyándonos, porque realmente ha convertido a Ibagué en una ciudad deportiva». Esta declaración es un testimonio del compromiso que se ha establecido entre la administración y la comunidad deportiva, lo que asegura un futuro brillante para los jóvenes talentos de la natación en Ibagué.
Se ha cumplido la entrada de que su deseo se publicó por primera vez en extra | Diario de todos, y es el momento de un nuevo comienzo en la natación de Ibagué.