Willington Henao Gutiérrez, también conocido como «El Micho», pasó 55 días en un hotel en Bogotá en cuidados directos para la Dirección Nacional de Inteligencia (días). En ese momento, ninguna entidad judicial tenía información clara sobre su lugar de estadía. AKA «El Mocho» vivió 8 semanas como invitado VIP.
AKA «El Mochy», el segundo al mando del frente 33 de los disidentes de FARC, solicitó apoyo militar entre la ofensiva de ELN. El ejército lo evacuó con un helicóptero a Cúcut. Luego fue trasladado a un piso en Chapinero en Bogotá. Se encargó de la seguridad sin informar la oficina del fiscal o CTI.
La Corte Suprema requiere explicaciones
El juez Diego Corredor y el juez Luz Adrian Camargo detectaron irregularidad. El juez envió una carta urgente a la oficina del fiscal pidiendo el lugar de estadía y la privación de la libertad de Henao.
El documento revela que el director de los días, Jorge Arturo Lemus Montañez, se negó a información sobre la ubicación de la detención, proporcionando razones para la seguridad nacional. Esto causó una fuerte reacción judicial porque Henao emitió una orden de extradición emitida por los Estados Unidos.
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Los Estados Unidos expresan molestias; También conocido como «El Mocho» vivió durante 8 semanas como invitado VIP
Justyes de los Estados Unidos está buscando henao para el narcotráfico, el lavado de dinero y un concierto para cometer crímenes. Su estadía durante casi dos meses sin supervisión judicial causó una tensión diplomática.
Finalmente, el 8 de abril, los días le proporcionaron la oficina del fiscal. El mismo día fue transferido a la prisión de La Picota. A pesar de su captura, el 12 de febrero, las autoridades no lo llevaron de inmediato al Pabellón de Extradición. Su estadía en el hotel y el apartamento en Chapinero deja muchas preguntas sobre la gestión institucional del caso.
El caso del apodo «El Micho» mostró serias fallas en la coordinación entre las agencias de gobierno, justicia e inteligencia. Mientras que las autoridades judiciales exigieron la respuesta, la Dirección Nacional de Inteligencia ocultó información clave y tomó decisiones independientemente del control institucional. Este episodio aumenta la desconfianza internacional y cuestiona la gestión del proceso de paz y la lucha contra el tráfico de drogas en Colombia.
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