Un importante acuerdo comercial ha sido alcanzado recientemente en Ginebra entre Estados Unidos y China, marcando un momento crucial en una intensa guerra aduanera que causó conmociones en el mercado global. Este acuerdo incluye una notable decisión de reducir los impuestos de importación, subrayando el impacto negativo que las políticas arancelarias del ex presidente Donald Trump tuvieron en diversas empresas estadounidenses. En respuesta a este nuevo desarrollo, Trump ha hecho una reflexión sobre el déficit y la evidencia de la división causada por las políticas chinas.
En abril, la administración de Trump decidió imponer aranceles que iban hasta el 145% en productos originarios de China. Esta decisión fue, en parte, una reacción ante las tensiones del comercio bilateral, el cierre de fábricas en territorio chino y el creciente riesgo de bancarrota que enfrentaban muchos inmigrantes estadounidenses que dependían de este intercambio comercial. Debido a la presión ejercida desde diferentes sectores internos, el gobierno se vio obligado a reconsiderar su postura, logrando así un acuerdo que incluye una reducción significativa de los aranceles: las tarifas estadounidenses se fijarán ahora en un 30%, mientras que las de China disminuirán del 125% al 10%.
Este acuerdo llega en un periodo crítico para la economía global, especialmente durante la temporada de compras navideñas, aunque aún existen restricciones estratégicas que podrían limitar su efectividad a largo plazo.
Las compañías estadounidenses celebran, pero con precaución
A pesar de que la reducción de los aranceles se considera un alivio, muchas empresas aún enfrentan altos costos en el transporte y diversos desafíos financieros. Los distribuidores y fabricantes están preocupados, ya que un alto el fuego de 90 días puede no ser suficiente para estabilizar sus operaciones comerciales, especialmente después de meses de incertidumbre y el temor a nuevas restricciones arancelarias.
Jonathan Silva, CEO de WS Game Company, ha comentado que la situación en China sigue en un estado de incertidumbre. La nueva tarifa del 30% ofrece una oportunidad para reevaluar los envíos, pero menciona que el daño ya ha sido causado: las demoras, la desconfianza en el proceso y los costos adicionales se están acumulando constantemente. Muchos empresarios sienten que se está agotando el tiempo para corregir esta situación.
Gene Serocia, director de Hafnar en Los Ángeles, advirtió que el clima comercial aún no está del todo satisfecho. «Un periodo de noventa días no es suficiente para restablecer el ritmo del comercio internacional», afirmó.
Puede que esté interesado: Gran riesgo en Venezuela: EE. UU.
Trump regresa a China y redefine su discurso; Trump responde: Falla de armas con pagos de prueba de China
La nueva postura de Trump en las negociaciones refleja un cambio significativo en su narrativa. Aunque en el pasado exigió una completa separación de la economía china, ahora reconoce que ambos países tienen intereses estratégicos compartidos. «Ninguna parte desea la separación», mencionó Scott Bend, Secretario General del Tesoro.
Analistas como Scott Kennedy han descrito el acuerdo de Ginebra como un «retreat casi perfecto de los Estados Unidos». Además, subrayan que las tácticas de presión máxima no lograron obtener nuevas concesiones por parte de Beijing. El presidente Xi Jinping, quien respondió a las acciones de Estados Unidos, parece haber aceptado las nuevas tarifas.
Trump insiste en que se debe tomar como base un contrato de 2020 para futuras negociaciones, abordando temas sensibles como el fentanilo y cuestiones industriales chinas. Sin embargo, expertos como Wendy Cutler advierten que 90 días son insuficientes para resolver disputas de tal complejidad.
11