En un avance significativo en el camino hacia la paz, el alcalde de Tumaco, Félix Henao, tomó un papel destacado en el cuarto ciclo de negociaciones entre el gobierno nacional colombiano y la coordinación nacional del ejército boliviano. Esta fase de diálogo se presentó como una oportunidad crucial para abordar de manera efectiva los problemas derivados del conflicto armado que ha afectado a la región de manera tan aguda.
Presencia
La reunión convocó a importantes representantes involucrados en el proceso de paz, tales como el jefe del gobierno, Armando Novoa, embajadores de Noruega y Venezuela, delegados de las Naciones Unidas y miembros de diversas organizaciones internacionales que actúan como garantes del proceso. La participación del alcalde Henao adquiere un significado especial, ya que fue invitado directamente por la presidencia de la República para ser una voz representativa de Tumaco, uno de los municipios que más ha sufrido las consecuencias del conflicto.
El alcalde Henao subrayó la gravedad del problema al señalar: «Colombia tiene más de 9 millones de víctimas, de las cuales 700,000 provienen de Nariño, y muchas de ellas son de mi comuna, Tumaco». Estas palabras reflejan la profunda herida que todavía siente la comunidad y la necesidad urgente de medidas efectivas que fomenten la reconciliación y la paz.
Objetivo
Uno de los resultados más significativos de este ciclo de negociaciones fue el acuerdo para iniciar un proceso conjunto de eliminación e intercambio de cultivos ilegales. En esta primera etapa, se planea la intervención en 2000 hectáreas en Nariño y 1000 hectáreas en Putumayo, lo cual es un paso decisivo hacia la disminución de la producción ilícita que ha alimentado el ciclo de violencia.
Este compromiso forma parte de una estrategia más amplia que busca el desarrollo integral de las áreas rurales. La meta es ofrecer alternativas viables a los agricultores, generando nuevas oportunidades de empleo que alejen a las comunidades de actividades ilícitas y brutales. «Esta es una oportunidad para Tumaco no solo para cambiar la percepción del territorio afectado, sino también para posicionarlo como un símbolo de paz y transformación», enfatizó Henao, quien instó al presidente Gustavo Petro a continuar empujando por una paz tangible y efectiva en el sur del país.
Inclusión
Como parte de las discusiones, también se acordó una colaboración estrecha para prevenir problemas alarmantes como el reclutamiento forzado de menores y otros abusos, que han sido flagelos para las comunidades de la región. Además, se propuso la creación de un subcomité específico para gestionar el retorno de las familias que han sido desplazadas, dado que Tumaco registra más de 110,000 víctimas de desplazamiento forzado.
El diálogo no se limitó a los aspectos políticos y económicos; también incluyó la participación activa de líderes sociales, así como de representantes de las comunidades indígenas. Este enfoque inclusivo generó un debate enriquecedor, permitiendo resaltar los problemas específicos que enfrentan diversas secciones de la población en Nariño y Putumayo, promoviendo así una solución colectiva y sostenible.
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